SANTA MARÍA DE LA PURISIMA, 95 AÑOS DE SU NATALICIO

SANTA MARÍA DE LA PURISIMA, 95 AÑOS DE SU NATALICIO 

María Isabel Salvat Romero nació el 20 de febrero de 1.926 en Madrid. Era hija de Ricardo Salvat Albert, malagueño, y de Margarita Romero Ferrer, madrileña, siendo la tercera de ocho hermanos.

Fue bautizada en la Parroquia de la Concepción. Completó sus estudios primarios y el bachillerato en el colegio de las Madres Irlandesas de la calle Velázquez, en el que recibió su primera comunión con 6 años.

Al estallar la Guerra Civil en julio de 1.936 la familia se trasladó a Figueira da Foz (Portugal), regresando un año después a España e instalándose en la capital donostiarra. Finalizada la guerra la familia volvió a Madrid.

Su adolescencia transcurrió en un ambiente cultural y religioso muy significativo. Era una joven elegante, de alto nivel social, guapa, simpática y muy ocurrente; aunque poco habladora; su porte elegante y señorial denotaba un alma llena de Dios.

En 1.942, tuvo lugar su primer encuentro con las Hermanas de la Cruz. Su vocación encontró la complicidad materna, no así la paterna que trató -por todos los medios- de evitar que se convirtiera en monja.

Al alcanzar la mayoría de edad, el 10 de diciembre de 1.943, hace la Consagración a la Virgen y recibe la medalla de hija de María de su colegio de las Irlandesas. El 8 de diciembre de 1.944, con 18 años de edad ingresó como postulante en el Instituto de Hermanas de la Compañía de la Cruz en Sevilla. El 9 de junio de 1.945, tomó el hábito bajo el nombre de Sor María de la Purísima de la Cruz. El 27 de junio de 1.947, hizo su profesión temporal, y el 9 de diciembre de 1.952, los votos perpetuos.

Con anterioridad a ser elegida Madre General en Sevilla, estuvo destinada en Lopera (Jaén), Valladolid, Estepa y Villanueva del Río y Minas. En todos estos destinos ejerció como directora del colegio. En 1.966 ostentó el cargo de Maestra de Novicias. En 1.969 el de Provincial y en 1.970 es nombrada tercera consejera general. El 11 de febrero de 1.977 fue elegida Madre General, cargo que ostentaría durante 22 años, al ser reelegida por unanimidad en 1.983, 1.989 y 1.995.

Gobernó la Compañía con incansable celo y gigante espíritu de Hermana de la Cruz. Su ideal fue hacer vida el carisma de la Santa Madre Fundadora y con su vida sencilla, humilde y llena de fe, supo dar ejemplo. 

Como Madre General asistió a la beatificación de Santa Ángela de la Cruz. Fundó casas en Puertollano (Ciudad Real), Huelva Reggio Calabria (Italia), Cádiz, Lugo, Linares (Jaén) y Alcázar de San Juan (Ciudad Real). El 2 de febrero de 1.997 murió su madre con 96 años de edad.

En los últimos días de su vida, cuando la cruz de la enfermedad se le hizo sentir de una forma más dolorosa sólo se le oyó decir momentos antes de su muerte: ¡Qué alegría cuando me dijeron vamos a la casa del Señor! Constante en ella fue la unión con el Señor, identificándose con su Voluntad, hasta el 31 de octubre de 1998 que murió a los 72 años de edad.

Sus restos descansan en la Cripta del Convento, donde Santa Ángela estuvo enterrada durante 50 años. Desde su muerte no cesan de llegar hasta ella grupos de personas pidiéndole ayuda y consuelo; se respira aquí paz y gozo. Su vida nos habla de unos valores eternos que todos hemos de ir buscando.

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