XIII ANIVERSARIO DE LA BENDICIÓN DE NUESTRA SEÑORA DE LA ALEGRÍA
XIII ANIVERSARIO DE LA BENDICIÓN DE NUESTRA SEÑORA DE LA ALEGRÍA
Amor,
comprensión, ternura. Esas son las sensaciones que nos transmites Madre, Madre
de la Alegría y Madre de nuestro Señor Resucitado. Esas son las emociones de
las cuales tus ojos son capaces de transmitirnos a todos. Ojos que por nosotros
se preocupan, ojos que velan por nosotros. Y yo lo sé bien. En momentos
cruciales de mi vida has sido capaz de tenderme una mano. Esos momentos en los
que no puedes desahogarte con sólo verte la cara he podido llorar en silencio
delante de nuestra capilla, porque comprendí que siempre estarás ahí, que todo
irá bien. Siempre estarás para ayudarnos a sacar fuerzas y seguir nuestro
camino, creando esa voz en nuestra cabeza que te insta a luchar… “yo siempre
estaré aquí para escucharte”. Y yo siempre estaré aquí para ti Madre.
Aún
recuerdo la primera vez que te vi. Rondaba el año 2009. Como todos los años,
acudí a ver los pasos montados en la Iglesia Mayor de nuestra ciudad. Ahí
estabas tú. Iluminabas todo a tu alrededor, montada en tu palio, todavía vestida de
hebrea. Por aquel entonces tenía solo 13 años, Madre, y bien sabía ya que serías
un pilar esencial en mi vida. A día de hoy, 9 años más tarde, orgullosa me
siento de ser tu camarista. Poder tenerte tan cerca y ayudarte a ponerte aún
más guapa si cabe. Gracias a David, nuestro vestidor, he podido comprender la
delicadeza y la devoción verdadera. Quería servirte de alguna manera Madre, y
aquí me tienes.
Hoy celebramos un año más el tenerte entre nosotros y tus ojos me miran con calma y tranquilidad. Tu sonrisa sigue ahí cada día, brillando como siempre lo has hecho y harás. Ahora te pido, en este día de tu "cumpleaños", que sigas repartiendo a todos tus fieles algo que conoces muy bien: alegría, esperanza y luz.
Porque te lo mereces todo. Por y para ella. YO SOY DE LA ALEGRÍA, ¿y Tú?
María
Viñas Gallardo.
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