SANTA ÁNGELA DE LA CRUZ - EL BELÉN

SANTA ÁNGELA DE LA CRUZ - EL BELÉN


Una cosa que más me gusta hacer en Navidad es visitar los "Belenes" que se suelen preparar. ¿A qué es una fiesta muy bonita?, claro que si, lo pasamos bien los mayores y los pequeños, yo creo que más los pequeños, por varias razones: una porque hay vacaciones y no hay cole, otra porque el menú suele ser apetitoso y sobretodo porque al final llegan los Reyes Magos con sus obsequios. 

¿Y qué te puedo decir de Santa Ángela? Pues que le encantaban esta fiestas, yo también creo que por varias razones que no son las mismas que los niños. Primera porque se hizo presente Dios en el Portal, que vino a salvarnos; otra porque era muy devota de San Francisco de Asís, el inventor del Portal podemos decir y también porque vivía la Navidad intensamente con las Hermanas en las celebraciones y en las recreaciones.

Desde los primeros siglos se tienen algunas representaciones pictóricas en las catacumbas romanas de Priscila de escenas de lo acontecido en Belén y referidas a la Sagrada Familia pero, la primera representación con figuras fue debido a que San Francisco de Asís, en el año 1922, tuvo la idea y así lo realizó en una ermita de la Villa de Greccio en Italia.

Dice la tradición que él mismo modeló una imagen del Niño Jesús e invitó a los vecinos a representar escenas del Nacimiento y así se representó por primera vez plásticamente "El Belén" 

Esta tradición se fue extendiendo, primero a Nápoles, pues hasta nuestros días son famosas las figuras que allí se realizan; más tarde fue algo que caló en muchos lugares y, a España parece ser que llegó con el rey Carlos III que, en el siglo XVIII, puso un "Belén en su palacio" que fue copiándose por los nobles y después en todas las iglesias, familias, comercios y... hasta hoy.

Sor Ángela estimulaba a las Hermanas con sus indicaciones y palabras de ánimo para que se animaran a montarlo cada vez con mayor esmero y arte. Motivo por el cual las Hermanas realizan en sus conventos verdaderos portentos de esta representación navideña. 

Yo no dejo de visitar todas las navidades el que montan las Hermanas en la Casa Madre en Sevilla. Me parece una obra extraordinaria de finura, equilibrio y detalles. Dice la historia, porque ya ha pasado mucho tiempo, que este Nacimiento lo idearon las Hermanas Dolores y San Genaro allá por el año 1897, que parece ser que tenían un arte que no se podía aguantá. 

Lo que no tenían eran muchos medios por eso, la Hermana San Genaro se apañaba para pintar los decorados y para hacer con sus manos: pastores, ovejas, cabras, perros..., las montañas, las cuevas y todo lo que se ponía por delante, pero sobre todo, se esmeraba en representar el portal donde "nacía Jesús", con su Madre, a veces utilizando la Imagen de la Virgen de la Salud vestida de hebrea y San José, donde no faltaba el pesebre con la mulita y el buey. 

No podían faltar los ángeles y arcángeles revoloteando alrededor de la cueva, algunos parecía que volaban de verdad, ¡Qué arte! ¡Gloria a Dios en el Cielo! y anunciándoles a los pastores la feliz noticia del nacimiento de Jesús: "no temáis, os traigo una gran noticia... Hoy en la ciudad de David, os ha nacido el salvador, que es el Mesías Señor. Esto os servirá de señal: encontraréis a un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre"...

En el Belén que ponen las Hermanas en nuestros días se pueden apreciar verdaderos "milagros" que sorprenden por lo casi imposible de realizar. Hay unos Reyes que caminan hacia el Portal, bueno no caminan porque van en cabalgadura, pero lo hacen con tal destreza por aquellas montañas que dan vértigo; unas casitas que hacen equilibrio pero no se caen y hay un rio, aparte del agua que cae en una cueva, que debe tener unas truchas magníficas. El ruidito del rio te proporciona una cierta paz que te viene muy bien para que sigas contemplando tal maravilla; ves pajaritos que hacen sus nidos por entre la profusión de ramas y otros que parecen cantarles al Niño un canoro villancico y dan colorido con su plumaje multicolor. 

En lo alto de un pico rocoso un castillo que debe ser el de Herodes, el que quiso engañar a los Magos, pero que no volvieron como les pidió, se fueron por otro camino y el engañado fue él. Me encanta un pastor, figura preciosa que, como saliendo de una cueva, toca su afinada flauta que, no suena pero que le hace a uno pensar en melodías celestiales, y la expresión de los pastores que reciben el anuncio del Ángel, hay uno que está como asustado tapándose la cara con la manta, otros ya están ofreciéndoles al Niño sus dones: queso, pan, corderitos... Hay una cueva tan profunda que no se explica uno como estando la pared detrás pueda seguir su profundidad que parece que la atraviesa.

Las casas construidas en lugares imposibles con sus luces encendidas; las ovejitas y cabritas, algunas en lo más alto de las montañas como es lo suyo; la gente que transita por caminos escarpados; las palomitas posadas o volando; la pastorcita que cruza el puente, la costurera, el panadero o el que pega al borriquito que no quiere andar y unos apetitosos madroños y... ¡qué se yo!, un montón de cosas. Pero lo mejor de todo es el Portal, es como una cueva rústica pero que le dan a uno ganas de meterse en ella y allí..., bueno allí la Sagrada Familia, ¡qué más se puede pedir!

Creo que las Hermanas que hacen ahora el Belén ya no se llaman Dolores o San Genaro pero, lo que si sé es que han heredado su arte, su delicadeza y su finura y parecen tener manos de malabaristas por las cosas tan sorprendentes que consiguen. Créete lo que te digo, ni los mejores arquitectos serían capaces. Pero a mi me bastan que sean manos de Hermanas de la Cruz, porque más que las manos ponen su alma, por eso, cuando la Comunidad se reúne ante el Portal a cantar villancicos seguro que se asoman también en el cielo los ángeles un poco envidiosos porque, mejor que las Hermanas, no cantan ellos. ¿A que no?

Qué quieres que te diga: Sor Ángela disfrutaba con la Navidad y el Belén estoy seguro, pero todas las Hermanas de entonces y las que han ido llegando después, también. Bueno y los que vamos a contemplarlos más que a verlos, no digamos. 

¡GRACIAS HERMANITAS PORQUE VUESTRO ARTE TAMBIÉN NOS HABLA DE DIOS!


Con afecto, Saludos. 

Luis Cornello Espina, sdb.
Revista Hermanas de la Cruz nº22



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