LA RESURRECCIÓN EN EL ARTE
Cristo de la Minerva
Si hay un artista conocido y reconocido mundialmente a lo largo de los siglos, ese es Michelangelo Buonarroti. Sus trabajos como arquitecto, pintor o escultor son un aval más que justificado para que muchos lo consideren el mayor artista de todos los tiempos. Y que mejor autor para echar a andar esta sección de la Resurrección en el arte.
Primera versión |
Ante la insistencia de los clientes y la demora en la entrega (4 años), el autor recomenzó el trabajo en un nuevo bloque de mármol. Trabajó en él durante su estancia en Florencia entre 1519 y 1520, hasta que envió la escultura a Roma para que la concluyera su discípulo Pietro Urbano. Sin embargo, el trabajo no tuvo que ser satisfactorio ya que un pintor de la época, escribió al maestro para que cesara a dicho discípulo y lo terminase otro. A juicio del propio Miguel Ángel, la intervención de Urbano había echado a perder la estatua hasta tal punto que la consideró imposible de arreglar. Le cambió la linea y le dio una terminación diferente de la que solía dar su maestro. Le pareció tan mala que, como compensación a sus clientes, se ofreció a realizar una tercera versión. No se le concedió.
A pesar de que no está considerado uno de sus mejores trabajos, se ha llegado a decir de él que "solamente las rodillas del Cristo eran más dignas que Roma entera". La estatua se convirtió en una de las obras más admirada del artista, debido a la idea de tratar escultóricamente a Cristo como un héroe clásico, desnudo y sin heridas. La expresión del rostro consigue reflejar la decisión voluntaria de asumir el martirio. En la composición predomina la espiral y el contrapposto clásico renacentista, que podemos ver al apoyar Cristo el cuerpo sobre una pierna mientras adelanta la otra.
Segunda versión |
En cuanto a la primera versión, se consideró perdida hasta 2001. Recientes investigaciones la localizaron en el monasterio de San Vincenzo Martire de Bassano Romano. Después de su abandono, fue adquirida por un coleccionista de antigüedades. Fue modificada durante el siglo XVII, pero a diferencia de la segunda, no se tapó su desnudez, dejándola al gusto renacentista y como la concibió el artista.
Iván García de Quirós.
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