ARCÁNGEL SAN RAFAEL, CUSTODIO DE CÓRDOBA (24 DE OCTUBRE)


El 24 de octubre se acude a la Iglesia del Juramento de Córdoba para agradecerle al Custodio su presencia en la ciudad desde hace más de 360 años. En este día es costumbre que los cordobeses acudan al campo para celebrar el llamado “perol”, guiso de arroz con carne. También es tradición, por la tarde, que la Hermandad del Arcángel San Rafael celebre una Misa en honor a todos los cordobeses.

La historia cuenta que el Arcángel San Rafael es Custodio de Córdoba desde que en la Edad Media una epidemia de peste asoló Europa diezmando la población. Córdoba entera se encomendó a San Rafael y milagrosamente la peste pasó por la ciudad sin apenas causar daño alguno. En 1278 se apareció el arcángel San Rafael al padre Simón de Sousa (O. de M.) comunicándole el deseo del Altísimo de que el obispo de la ciudad, don Pascual, ordenara poner una imagen de San Rafael encima de la torre, obligándose a celebrar fiesta en su honor y prestar veneración por la ciudad, y que con esto cesaría el contagio. El prelado ejecutó el mandato, desapareciendo el terrible mal que castigaba a la ciudad.

La siguiente fecha destacada en la historia de nuestra ciudad con San Rafael sería el año 1578 cuando se apareció en varias ocasiones al presbítero Andrés de las Roelas para revelarle que los huesos encontrados tres años antes en la parroquia de San Pedro eran las reliquias a los Santos Mártires de Córdoba. En una de las apariciones al padre Andrés de las Roelas, concretamente el 7 de mayo de 1578, el Arcángel jura haber sido designado por el Altísimo como Custodio de Córdoba: “Yo te juro por Jesucristo Crucificado que soy Rafael, Ángel, a quien Dios tiene puesto por Guardián de esta Ciudad”. Estas revelaciones fueron descritas por el padre Roelas al presbítero Juan del Pino, quien las guardó con recelo hasta el año 1603, cuando las autoridades eclesiásticas de la Diócesis decidieron aprobar dichas revelaciones.

La devoción al Arcángel era tan grande que con donativos de los cordobeses y con la ayuda de la nobleza, en 1610 se construye un oratorio, bendecido el 21 de junio de 1732  por el canónigo Don Juan Pardo de Figueroa, llevándose a cabo una ampliación de la misma en 1796 y consagrándose por el obispo Don Pedro Antonio de Trevilla. 

La talla de San Rafael, Titular de la Hermandad y que preside la Iglesia del Juramento, en palabras Luis Gonzalez Gisbert en su obra Córdoba y San Rafael (1975), fue terminada y bendecida en el año 1795 por el Obispo Don Antonio Caballero y Góngora. Tallada en madera y policromada, la portentosa imagen del Custodio porta los diversos elementos iconográficos de San Rafael tales como el báculo de peregrino con la calabaza así como un conjunto de ángeles en la nube que porta al santo resaltando la existencia del pez, así como dos cartelas en las que podemos leer las dos locuciones más características del Custodio de Córdoba “Yo te juro por Jesucristo Crucificado que soy Rafael a quien tiene Dios puesto por guarda de esta ciudad” así como “Medicina Dei”.

Además de esta iglesia, San Rafael cuenta con tres iglesias más repartidas por la ciudad. En 1602, se dedica en honor a la Madre de Dios de los Remedios y a San Rafael la iglesia perteneciente al convento Madre de Dios. En 1655, el Duque de Sessa funda el convento de las Capuchinas consagrándose la iglesia en honor al Custodio. Y en 1975, se consagra la Parroquia de San Rafael, situada en la avenida Ministerio de la Vivienda.






En su honor se han erigido numerosos triunfos por múltiples calles y plazas de la ciudad. También se han levantado estatuas como la del Puente Romano, así como edificios religiosos como la Iglesia del Juramento y la Iglesia parroquial de San Rafael de Córdoba.


San Rafael del Puente Romano



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