INMACULADA CONCEPCIÓN
AURAS DEL PARAÍSO
Todo es azul. La Inmaculada,
mar adentro navega. Hoy tiene
el aire fresco olor a miel
silvestre. Hay un silencio virgen
sin trinos de jilgueros. Pasa
una paloma, pero blanca,
y es pura nieve su garganta.
De lejos, algún arrullo invita
-tal vez- imperceptible.
Todo es pura paz tan sin pecado
que nos parece -nos soñamos-
en el Edén original.
Y oímos sorda la caricia,
por nuestros rostros, del susurro
del aire azul del Paraiso:
¡primera tarde y la primera
Mujer y madre para todos!
Es Dios que pasa, que pasea
por sus jardines esmaltados...
De entonces, blanca es la azucena
y ya podemos respirar...
¡Basta mirarte a Ti, MARÍA!
Joaquín María Carretero, S.J.
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