X ANIVERSARIO DE LA BENDICIÓN DE NUESTRA SEÑORA DE LA ALEGRÍA

X ANIVERSARIO DE LA BENDICIÓN DE NUESTRA SEÑORA DE LA ALEGRÍA




Hace 10 años por estas fechas….ahí comenzó una nueva vida que nos llenaría de Alegría.

Como una madre con el recuerdo del nacimiento de su hijo así tengo yo grabados esos momentos.

Comienzan con el boceto en barro, las fotografías del desarrollo, los actos previos a la bendición y culmina con la tarde-noche de un viernes cuando al llegar a la entonces Iglesia Mayor Prioral, la capilla de San José estaba cubierta por una tela negra la cual no dejaba ver lo que allí dentro ocurría. La emoción, los nervios y la incertidumbre hacían que los minutos pasaran muy lentamente hasta que llegó el momento, abrieron la tela y allí estaba Ella, preparada para conquistar  nuestros corazones y los de todo su pueblo.

El día siguiente, el día de la bendición, el 4 de junio de 2005, un día que se marcará como histórico en el calendario de nuestra Hermandad.

Estando preparados en la Sacristía para que comenzara la Eucaristía, alguien llega diciendo que no cabe un alfiler en la Iglesia. Efectivamente, la cantidad de personas que se habían congregado para conocerla era muy alto, todo un orgullo para nosotros. 

A partir de ahí comienza, a nivel personal, una nueva vida de Alegría. Cada momento de charlas nuestras…a través de la reja, en cada cambio a tu vera o cualquier otra oportunidad va creciendo como el amor de una madre a su hijo y viceversa. En nuestro caso es la hija la que cuida de la Madre, la que se preocupa por sus cosas y la que está pendiente de que no le falte de nada. La que la perfuma como una Reina que es y la que mima con esmero.

Un amor que algunas personas no entienden y otras sí, sólo es cuestión de creer y pensar todo lo que luchó y sufrió Ella por su Hijo y devolverle ese amor en cualquiera de las advocaciones que lleve por nombre.

Cuídanos Madre mía y mantennos siempre a tu lado como desde el principio y para seguir juntos en este camino hacia la gloria de tu Hijo.

Nuestra Señora de la Alegría ruega por nosotros.


María Sánchez Ivars
Camarista


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