EPIFANÍA DEL SEÑOR
Los pastores y reyes del Oriente visitan a Jesús el Mesías,
le llevan regalos y lo adoran con oro, incienso y mirra.
Por: Tere Vallés | Fuente: Catholic.net
Origen de la fiesta:
El 6 de enero se celebraba desde tiempos inmemoriales en Oriente, pero con un sentido pagano: En Egipto y Arabia, durante la noche del 5 al 6 de enero se recordaba el nacimiento del dios Aion. Creían que él se manifestaba especialmente al renacer el sol, en el solsticio de invierno que coincidía hacia el 6 de Enero. En esta misma fecha, se celebraban los prodigios del dios Dionisio en favor de sus devotos.
La fiesta de la Epifanía sustituyó a los cultos paganos de
Oriente relacionados con el solsticio de invierno, celebrando ese día la
manifestación de Jesús como Hijo de Dios a los sabios que vinieron de Oriente a
adorarlo. La tradición pasó a Occidente a mediados del siglo IV, a través de lo
que hoy es Francia.
La historia de los Reyes Magos se puede encontrar en Mateo
2, 1-12
“Después de haber nacido Jesús en Belén de Judea, en el
tiempo del Rey Herodes, unos magos de Oriente se presentaron en Jerusalén
diciendo: ¿dónde está el que ha nacido, el Rey de los Judíos? Porque hemos
visto su estrella en el Oriente y venimos a adorarlo.
Al oír esto, el Rey Herodes se puso muy preocupado; entonces
llamó a unos señores que se llamaban Pontífices y Escribas (que eran los que
conocían las escrituras) y les preguntó el lugar del nacimiento del Mesías, del
Salvador que el pueblo judío esperaba hacia mucho tiempo.
Ellos contestaron: En Belén de Judá, pues así está escrito
por el Profeta:
Y tú, Belén tierra de Judá
de ningún modo eres la menor
entre las principales ciudades de Judá
porque de ti saldrá un jefe
que será el pastor de mi pueblo Israel
Entonces Herodes, llamando aparte a los magos, los envió a
la ciudad de Belén y les dijo: Vayan e infórmense muy bien sobre ese niño; y
cuando lo encuentren, avísenme para que yo también vaya a adorarlo.
Los Reyes Magos se marcharon y la estrella que habían visto
en el Oriente, iba delante de ellos hasta que fue a pararse sobre el lugar
donde estaba el Niño. Al ver la estrella, sintieron una gran alegría.
Entraron en la casa y vieron al niño con María su madre. Se
hincaron y lo adoraron. Abrieron sus tesoros y le ofrecieron regalos: oro,
incienso y mirra. Luego, habiendo sido avisados en sueños que no volvieran a
Herodes, (pues él quería buscar al Niño para matarlo), regresaron a su país por
otro camino.”
Podemos aprovechar esta fiesta de la Iglesia para reflexionar
en las enseñanzas que nos da este pasaje evangélico:
*Los magos representan a todos aquellos que buscan, sin
cansarse, la luz de Dios, siguen sus señales y, cuando encuentran a Jesucristo,
luz de los hombres, le ofrecen con alegría todo lo que tienen.
* La estrella anunció la venida de Jesús a todos los
pueblos. Hoy en día, el Evangelio es lo que anuncia a todos los pueblos el
mensaje de Jesús.
* Los Reyes Magos no eran judíos como José y María. Venían
de otras tierras lejanas (de Oriente: Persia y Babilonia), siguiendo a la
estrella que les llevaría a encontrar al Salvador del Mundo. Representan a
todos los pueblos de la tierra que desde el paganismo han llegado al
conocimiento del Evangelio.
* Los Reyes Magos dejaron su patria, casa, comodidades,
familia, para adorar al Niño Dios. Perseveraron a pesar de las dificultades que
se les presentaron. Era un camino largo, difícil, incómodo, cansado. El seguir
a Dios implica sacrificio, pero cuando se trata de Dios cualquier esfuerzo y
trabajo vale la pena.
* Los Reyes Magos tuvieron fe en Dios. Creyeron aunque no
veían, aunque no entendían. Quizá ellos pensaban encontrar a Dios en un
palacio, lleno de riquezas y no fue así, sino que lo encontraron en un pesebre
y así lo adoraron y le entregaron sus regalos. Nos enseñan la importancia de
estar siempre pendientes de los signos de Dios para reconocerlos.
Los Reyes Magos fueron generosos al ir a ver a Jesús, no
llegaron con las manos vacías. Le llevaron:
oro: que se les da a los reyes, ya que Jesús ha venido de
parte de Dios, como rey del mundo, para traer la justicia y la paz a todos los
pueblos;
incienso: que se le da a Dios, ya que Jesús es el hijo de
Dios hecho hombre;
mirra: que se untaba a los hombres escogidos, ya que
adoraron a Jesús como Hombre entre los hombres.
Esto nos ayuda a reflexionar en la clase de regalos que
nosotros le ofrecemos a Dios y a reconocer que lo importante no es el regalo en
sí, sino el saber darse a los demás. En la vida debemos buscar a Dios sin
cansarnos y ofrecerle con alegría todo lo que tenemos.
* Los Reyes Magos sintieron una gran alegría al ver al niño
Jesús. Supieron valorar el gran amor de Dios por el hombre.
* Debemos ser estrella que conduzca a los demás hacia Dios.
Significado de la fiesta:
Antes de la llegada del Señor, los hombres vivían en
tinieblas, sin esperanza. Pero el Señor ha venido, y es como si una gran luz
hubiera amanecido sobre todos y la alegría y la paz, la felicidad y el amor
hubieran iluminado todos los corazones. Jesús es la luz que ha venido a
iluminar y transformar a todos los hombres.
Con la venida de Cristo se cumplieron las promesas hechas a
Israel. En la Epifanía celebramos que Jesús vino a salvar no sólo a Israel sino
a todos los pueblos.
Epifanía quiere decir "manifestación",
iluminación. Celebramos la manifestación de Dios a todos los hombres del mundo,
a todas las regiones de la tierra. Jesús ha venido para revelar el amor de Dios
a todos los pueblos y ser luz de todas las naciones.
En la Epifanía celebramos el amor de Dios que se revela a
todos los hombres. Dios quiere la felicidad del mundo entero. Él ama a cada uno
de los hombres, y ha venido a salvar a todos los hombres, sin importar su
nacionalidad, su color o su raza.
Es un día de alegría y agradecimiento porque al ver la luz
del Evangelio, salimos al encuentro de Jesús, lo encontramos y le rendimos
nuestra adoración como los magos.
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