LA RESURRECCIÓN EN EL ARTE


Resucitado de Juan de Juni.

Pese a tratarse del dogma central del cristianismo del que según S. Agustín justifica y sostiene toda su doctrina, la figura de Cristo Resucitado no es la biografía más representada en el arte cristiano. 

Esta majestuosa escultura, que preside la capilla de su nombre en la Catedral de El Burgo de Osma, es una de las más notables excepciones dentro del renacimiento español y es también iconografía singular dentro de la producción de Juan de Juni, el gran escultor y ensamblador francés establecido en Castilla hasta comenzar la década de 1530, cuya grandiosa proyección se orienta especialmente a los temas pasionales y marianos. 

Cristo se muestra en actitud triunfante portando la vara rematada en cruz, que es símbolo de su triunfo sobre la muerte. En lugar de blanco sudario lleva uno rojo, propio de la realeza, que envuelve apenas el desnudo. 

Sin embargo la expresión del rostro, que se eleva hacia el cielo, no ha perdido el dramatismo, reflejo quizás del doloroso trance superado. La morbidez de la anatomía, el contrapunto de los miembros, el brazo derecho que se eleva y la pierna del mismo lado, el tratamiento del manto que se mantiene de forma inverosímil actuando como paño de pureza para luego resbalar hacia el suelo en abultados pliegues, son buena muestra del estilo de Juni, en el que los rasgos del clasicismo conviven con un manierismo sumamente personal que está siempre presente. 


Texto explicativo exposición 
Credo Las edades del hombre
Arévalo (Ávila) 2013



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