JUEVES SANTO


El Jueves Santo Jesús cenó la Pascua con sus apóstoles o discípulos, siguiendo la tradición judía, ya que según ésta se debía de cenar un cordero puro y del año; con la sangre de éste se debía rociar la puerta en señal de purificación ya que si no se hacía así el ángel exterminador entraría a la casa y mataría al primogénito de esa familia…

Los oficios de Semana Santa llegan el Jueves Santo a su máxima relevancia litúrgica. En ésta tarde se da comienzo al Triduo Pascual que culminará en la vigilia, que conmemora en la noche del Sábado Santo al Domingo de Pascua, la Resurrección de Jesucristo.

El Jueves Santo se rememora la Institución de la Eucaristía en la Última Cena, celebración de los Santos Oficios, y el lavatorio de los pies realizado por Jesús a sus discípulos. Una vez que éstos han terminado se rememora la agonía y oración de Jesús en el huerto de los olivos (Getsemaní), la traición de Judas y el prendimiento de Jesús.

Los Santos Oficios del Jueves Santo se celebran en una misa vespertina en la tarde de dicho día al caer la tarde, a partir de la hora nona, (las tres de la tarde aproximadamente) que es la hora a la que termina el tiempo de Cuaresma.

Al comienzo de la celebración, el sagrario debe presentarse vacío y con la puerta abierta. El altar mayor, donde se celebrará la Santa Misa, se adorna con cirios, manteles y sin flores hasta la Resurrección.

Se inicia con la entrada procesional, encabezada por los acólitos, seguida por los ministros sagrados, finalizada por el celebrante principal, un Sacerdote u Obispo. Mientras tanto, el coro acompaña con cantos, pues ya ha terminado la Cuaresma y se va a celebrar uno de los momentos más importantes del año litúrgico, la Institución de la Eucaristía y el mandamiento del amor. Los cantos de esta celebración están enfocados a la celebración de la institución de la Eucaristía. El color de ésta celebración es el blanco.

En ésta celebración se canta de nuevo el "Gloria" a la vez que se tocan las campanas, y cuando éste termina, las campanas dejan de sonar y no volverán a sonar hasta la Vigilia Pascual en la Noche Santa. Asimismo cesan los instrumentos y el coro canta sin acompañamiento musical. Se usa la carraca para la consagración.

Las lecturas de éste día son muy especiales. Tras la homilía se procede al lavatorio de los pies. El celebrante quitándose la casulla, se acerca a los doce varones a modo de los doce apóstoles y en el que recuerda el gesto que realizara Jesús antes de la Última Cena con sus discípulos, a lavarles los pies. El lavatorio de los pies significa el servicio y el amor de Jesús que ha venido no a ser servido sino a servir. Recordemos que en occidente desde el siglo IV se realizaba el lavatorio de los pies en el rito del bautismo con el fin de que no se olvidaran que ser cristianos significa ser servidores a ejemplo de Jesús. Se efectúa entre la Homilía y el Ofertorio, omitiendo el Credo.

Monumento Jueves Santo
Hdad. del Juncal. 2011
Este día se consagra el pan suficiente para la comunión del Jueves y Viernes Santos. Una vez se ha repartido la Comunión, los ritos finales de despedida se omiten, sustituyéndolos por la procesión de traslado del Santísimo hasta el monumento eucarístico. Mientras se entona un cantico eucarístico, el Santísimo Sacramento se traslada desde el Altar donde se ha celebrado la Misa en procesión por el interior de la iglesia, al llamado "Altar de la reserva" o "Monumento", un altar efímero que se coloca ex-profeso para esta celebración, que debe estar fuera del presbiterio y de la nave central, debido a que en la celebración del Viernes Santo no se celebra la Eucaristía. Si el Sagrario no se encuentra en el presbiterio, se puede usar para esto el sagrario habitual ubicado en una capilla lateral. 

Al llegar al lugar de la reserva el celebrante inciensa al Santísimo de rodillas, cerrando posteriormente el sagrario. Tras un breve tiempo de adoración en silencio y tras hacer genuflexión los oficios finalizan de un modo tajante, ya que el sacerdote no imparte la bendición, pues la celebración continuará al día siguiente y se nos invita a conmemorar al día siguiente la muerte del Señor.

En algunas iglesias se celebra a continuación un sencillo acto de denudación de los altares, en el que los sacerdotes y ministros revestidos exclusivamente con la estola morada, retiran candeleros y manteles de todos los altares de la iglesia.

Durante la noche se mantiene la adoración del Santísimo en el "Monumento", celebrándose la llamada "Hora Santa" en torno a la medianoche, quedando el Santísimo allí hasta la celebración del Viernes Santo. Esta reserva recuerda la agonía y oración en Getsemaní y el encarcelamiento de Jesús, y por eso los sacerdotes celebrantes de los oficios piden que velen y oren con Él, como Jesús pidió a sus apóstoles en el huerto de Getsemaní.

Desde hace unos años, la Iglesia Católica celebra el Jueves Santo, el llamado Día del Amor Fraterno.
No toda la religiosidad de estos días puede limitarse a ver procesiones. También debemos participar en los Oficios y visitar al Señor, que nos espera en el sagrario.


José Manuel Alonso Montes.



Comentarios

Entradas populares