DUODÉCIMA ESTACIÓN
LA DESPEDIDA: JESÚS ENCARGA SU MISIÓN A LOS APÓSTOLES
Antes de dejar a sus discípulos el Señor les hace el encargo
apostólico: la tarea de extender el Reino de Dios por todo el mundo, de hacer
llegar a todos los rincones la Buena Noticia.
Del Evangelio según San Mateo 28, 16-20. cf. Lc 24, 44-48.
Comentario
Los últimos días de Jesús en la tierra junto a sus
discípulos debieron quedar muy grabados en sus mentes y en sus corazones. La
intimidad de la amistad se ha ido concretando con la cercanía del resucitado,
que les ha ayudado a saborear estos últimos instantes con Él. Pero el Señor
pone en su horizonte toda la tarea que tienen por delante: "Id al mundo
entero...". Ese es su testamento: hay que ponerse en camino para llevar a
todos el mensaje que han visto y oído. Están por delante las tres grandes
tareas de todo apóstol, de todo cristiano: predicar, hablar de Dios para que la
gente crea; bautizar, hacer que las personas lleguen a ser hijos de Dios, que
celebren los sacramentos; y vivir según el Evangelio, para parecerse cada día
más a Jesús, el Maestro, el Señor.
Oración
Señor Jesús, que llenaste de esperanza a los apóstoles con
el dulce mandato de predicar la Buena Nueva, dilata nuestro corazón para que
crezca en nosotros el deseo de llevar al mundo, a cada hombre, a todo hombre,
la alegría de tu Resurrección, para que así el mundo crea, y creyendo sea
transformado a tu imagen.
Reflexión
Jesús te incluye en su testamento. Vas a heredar un tesoro de incalculable valor. Nada de
pisos, tierras, coches o millones… Jesús ha reservado exclusivamente para ti
algo mucho mejor: la certeza de que Él va a estar contigo todos los días hasta
el final del mundo.
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