VIA LUCIS - TERCERA ESTACIÓN
VIA LUCIS - TERCERA ESTACIÓN
JESÚS SE APARECE A LAS MUJERES
Las mujeres se ven desbordadas por los hechos: el sepulcro
está vacío y un ángel les anuncia que Cristo vive. Y les hace un encargo:
anunciadlo a los apóstoles. Pero la mayor alegría es ver a Jesús, que sale a su
encuentro.
Del Evangelio según San Mateo 28, 8-10.
Comentario
Las mujeres son las primeras en reaccionar ante la muerte de
Jesús. Y obran con diligencia: su cariño es tan auténtico que no repara en
respetos humanos, en el qué dirán. Cuando embalsamaron el cuerpo de Jesús lo
tuvieron que hacer tan rápidamente que no pudieron terminar ese piadoso
servicio al Maestro. Por eso, como han aprendido a querer, a hacer las cosas
hasta el final, van a acabar su trabajo. Son valientes y generosas, porque aman
con obras. Han echado fuera el sueño y la pereza y, antes de despuntar el día,
ya se encaminan hacia el sepulcro. Hay dificultades objetivas: los soldados, la
pesada piedra que cubre la estancia donde está colocado el Señor. Pero ellas no
se asustan porque saben poner todo en manos de Dios.
Oración
Señor Jesús, danos la valentía de aquellas mujeres, su
fortaleza interior para hacer frente a cualquier obstáculo. Que, a pesar de las
dificultades, interiores o exteriores, sepamos confiar y no nos dejemos vencer
por la tristeza o el desaliento, que nuestro único móvil sea el amor, el
ponernos a tu servicio porque, como aquellas mujeres, y las buenas mujeres de
todos los tiempos, queremos estar, desde el silencio, al servicio de los demás.
Reflexión
Se acabaron los miedos. En el ascensor, en el barrio, en el autobús, en tu
centro de trabajo…, saluda a tu vecino, a la cajera del supermercado, al
conductor del autobús, a tu compañero de clase… con “la cicatriz antimiedo” que
ha dejado en ti la resurrección de Cristo: la sonrisa, la alegría, el amor.
Comentarios
Publicar un comentario